El mercado negro de las falsas ciencias aumenta más rápido que la investigación legítima, advierte el estudio

El mercado negro de las falsas ciencias aumenta más rápido que la investigación legítima, advierte el estudio

Un nuevo estudio Por investigadores de la Universidad Northwestern han provocado alarmas sobre el futuro de la investigación universitaria, advirtiendo que la publicación de la ciencia fraudulenta aumenta a un ritmo más rápido que la de la investigación legítima.

En los últimos cuatro siglos, se ha establecido un contrato implícito entre los científicos y los estados: a cambio de la producción de conocimiento útil para el desarrollo económico y social, los gobiernos y otros benefactores ofrecen a los investigadores carreras estables, buenos salarios y reconocimiento público. Este modelo, similar al de una empresa comercial, ha demostrado ser efectivo y fue reproducido en la mayoría de las regiones del mundo.

Sin embargo, investigaciones recientes publicadas en la revista Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) revela que, en los últimos años, este sistema, compuesto por investigadores, instituciones universitarias, agencias gubernamentales, empresas privadas y plataformas de difusión, hace signos de desglose.

Los autores argumentan que debido a la gran escala y la especialización de la ciencia contemporánea, la contribución de cada actor ya no se evalúa por el mérito intrínseco de su trabajo, sino por indicadores cuantitativos, como el número de documentos de investigación publicados, con qué frecuencia se citan los artículos citados por otras investigaciones, clasificaciones universitarias o por recompensas y otros reconocimientos obtenidos.

“Estos indicadores se convirtieron rápidamente en objetivos para medir el impacto institucional y personal, que ha generado una competencia frenética y aumentando la desigualdad en la distribución de recursos, incentivos y recompensas”, advierten los autores.

Esto a su vez ha llevado a la proliferación de fraude en ciertos sectores de la comunidad científica, mientras que los investigadores buscan medios rápidos para adquirir indicadores de éxito. “El uso de medidas digitales para evaluar proyectos y profesionales … fomenta la búsqueda de atajos”, explica Pere Puigdomènech, presidente del Comité de Integridad de Investigación en Cataluña (CIR-CAT) en España. Los tipos de fraude detectados van desde la creación de investigaciones ficticias hasta plagio, la compra y venta de paternidad y citas en los documentos.

Una mafia que amenaza la integridad científica

La investigación de Northwestern muestra que los casos de fraude a menudo no son incidentes aislados, sino más bien el resultado de redes complejas que operan sistemáticamente para socavar la integridad de la ciencia.

El equipo de investigación detrás de este documento, dirigido por Luis An Amaral, profesor de ciencias de la ingeniería y matemáticas aplicadas a la Escuela de Ingeniería McCormick en Northwestern, llegó a esta conclusión después de haber analizado grandes volúmenes de datos sobre publicaciones retraídas, archivos editoriales y duplicación de imágenes.

Las fuentes incluyeron agregadores principales de literatura científica, como Web of Science, Scopus, PubMed / Medline y OpenAlelex, así como las listas de revistas eliminadas de estas bases de datos para violar la calidad o los estándares éticos. Además, los datos sobre los artículos de retiro informados por la vigilancia de la retracción del sitio web de la encuesta, los comentarios sobre el sitio de revisión de ciencias públicas y los metadatos editoriales (nombres de editores y fechas de presentación y aceptación) también se han recopilado y analizado.

Este análisis destacó el trabajo de “Papeermils”: organizaciones no escrúpulos que se encuentran en manuscritos de baja calidad y los venden, a veces a través de intermediarios, a los académicos que buscan publicar rápidamente equipos. Estos artículos a menudo contienen datos falsificados, imágenes manipuladas o insuficientes por derechos de autor, contenido plagiado e incluso afirmaciones absurdas o físicamente imposibles. “Estas redes son esencialmente organizaciones criminales, que actúan juntas para simular el proceso científico”, dijo Amaral en un declaración Publicado por la Universidad Northwestern.

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